Sábado noche,
sólo tú te acuerdas,
olvidas lo inolvidable
y descuelgas el teléfono.
Una y otra vez,
toda la noche insistes,
"otra copa más por favor",
el whisky te devuelve a mi.
De nuevo gritas,
esta vez no tengo ningún tacón
que lanzarte a la cabeza.
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