miércoles, 28 de julio de 2010

Va la Vida y te Sorprende

Y como dice la canción... "A veces cuando menos te lo esperas va la vida y te sorprende".
"De amor y de Sombra"
Cuando ya apenas conseguiste entender un pequeño ápice de la gran magnitud de incomprensibles sucesos, aun te espera algo más por ocurrir, aun hay una oportunidad para seguir gritando, la vida al igual que ya se descubrió años ha con la tierra, no es llana, ni recta, y gira constantemente. Lo que aun queda por concluir es... 
¿La rueda de la vida gira y gira y, al igual que la ruedita de las jaulas de estos pequeños roedores llamados hamsters, vuelve a pasar por el mismo punto en un eterno retorno, como ya afirmaba Nietzsche, o cada situación es aislada y toda coincidencia con la realidad, digo con lo anterior, es netamente casualidad?

miércoles, 21 de julio de 2010

No-mínimo detalle; no-detalle.

Alguna vez pensé que al fin iría bien.
Ahora no puedo decir que no lo piense, ahora ya no pienso. Ahora solo estoy confundida.
Alguna vez me di cuenta de que podemos ver algo como un detalle importantísimo, y sin embargo la otra persona puede haberse olvidado incluso de ese detalle por su carencia de importancia.
Pero entonces... ¿qué hacemos? ¿Ignoro esos hechos que parece que tú no das importancia? ¿Me enfado contigo por lo que ese detalle significa para mi? O también... ¿Puedo enfadarme contigo porque tú no veas lo importante que es para mi...? Desde luego también puedo... Replantearme todo lo que hasta ahora pensaba tan solo por ese mínimo detalle...
Claro.. que para mi ninguna de las respuestas que conlleven pasar de ese detalle tendrá validez porque para mi ese detalle no es mínimo, ni consciente, ni inconscientemente podré evitar pensar en ello más que en cualquier "No-detalle" anterior. Porque para mi no es un detalle.
¿Seguro que no sabes de que no-mínimo detalle te hablo?

Anda y que te den por el Culo

Me cabreo sin que te des cuenta. Quiero odiarte siempre, pero a veces siento lo contrario. Ahora quiero gritarte que no puedes hacer conmigo lo que te de la gana, pero en lugar de ello no lo hago y solo aquí lo escribo, porque estoy decidiendo un modo correcto de gritártelo a ti. Pero mientas tanto y a distancia te digo "¡¡anda, y que te den por culo!!".

viernes, 16 de julio de 2010

Siempre

"El tiempo juega malas pasadas, un día estáis soñando, y el siguiente se ha hecho realidad. 
Era el mejor de los tiempos, ojala alguien me lo hubiera dicho.
Se cometieron errores, se rompieron corazones, se aprendieron duras lecciones..."

Y sin embargo el reloj corre, pero a veces alguien sabe mirar atrás y cerrar la brecha que intentaba hacerse más grande. Y así, siento que de todo error se puede aprender un poquito para no cometerlo en el futuro, o al menos si vuelve a ocurrir, esta vez será menos catastrófico, de todo corazón roto puede volver a resurgir un corazón fuerte, pues el corazón es un músculo, dicen que estos pueden soldarse más fuertemente que aquellos metales que con la máquina de soldar y unas gafas de plástico enormes mi padre se empeña en dar forma en sus tardes perdidas, pero eso sí, esta vez estará más preparado para soportar ese dolor.

Y es que siempre lo supe, siempre sigue, siempre sigue, siempre sigue ahí.

Espérame y colorearé tu vida (Santander)

Búsqueda entre la nieve, De la casa de Ella, a la casa de Él


Desesperada ella subía las eternas escaleras de su portal en la Avenue 74 de Manhattan. Vivía en un octavo pero para completar la noche el ascensor había fallado, una vez más. Era un día frío, desde la ventana de casa veía como caían poco a poco y cada vez más rápido pequeños copos de nieve que iban cuajando en la empedrada calle que había bajo su balcón. Los coches ya no hacía ese ruido al pasar, ya no había carreras de motos en la recta calle, los gritos de la ciudad se habían acallado bajo ese intenso manto blanco, ya nada se escuchaba, excepto la caída leve de ese frío congelante. A veces sentía que nada era tan importante, que nada era irrevocable y que esta vez tendría la fuerza de cambiar todo. Pero otras veces... pensaba que la felicidad no estaba hecha para ella, siempre había pensando que su sonrisa no era bonita; ¿Por qué forzarla entonces? Aun así sabía que albergaba una esperanza y miraba el teléfono cada 3 minutos.


Con la grandiosidad de la ciudad de nuevo le entraron ganas de salir. Se armó de su boina parisina de los domingos, su paraguas de color rojo chillón y bajó de nuevo andando desde el octavo. Esta vez la ciudad seria su pareja. Seguro que ésta no le engañaría. En cuanto puso un pie en el suelo recién mojado se sintió inmune a todo, parecía como que podría levitar, parecía que la nieve de ese día que caía con fuerza, le estaba dando la fortaleza para salir corriendo pese al frío, pese a los altos tacones que como de costumbre le acompañaban. Se armó de valor y ataviada con su paraguas, su abrigo que porqué no decirlo.. pesaba más que ella... y esos tacones de la seguridad, salió corriendo calle arriba. Salió del centro de su amada ciudad para dirigirse a la calle que más odiaba de todo Manhattan, la calle que le había brindado los mejores momentos, pero también la misma en la que había vivido  los peores. Los recuerdos siempre se le amontonaban cuando pasaba por allí, la simple mención al nombre de la calle, le hacía revolverse siempre entre las sábanas para gritar, gritar para que él lo escuchara, gritarle lo que siempre quiso decirle, lo que durante años ocultó. ¿Por qué habían estado juntos de ese modo? Siempre ambos habían querido más y ninguno había sabido despegar los labios para decírselo al otro. Ahora parecía tarde, él acababa de encontrar una chica que le hacía reír al igual que ella, una chica que parecía que si había sabido articular las palabras necesarias a tiempo. Pero esta vez no pensaba quedarse en su habitación gritando en su cama amortiguando la fuerza de sus gritos atrapada entre sus sábanas, que por cierto, también le recordaban a él, y a todas las veces que él había estado envuelto entre ellas junto a ella.

Pensó en la rabia que le daba cada vez que abandonaba su casa con un simple susurro.... "nos vemos mañana", pensó en todos los "mañanas" que había estado esperando la llamada, que sí, llegó, pero siempre llega al día 28 multiplicado por mañana. ¿Solo se necesitaban a veces? Ella sabía que no, y sabía que habían estado demasiado tiempo jugando, ya era hora de hacer las cosas bien, y no hacer más daño. ¿Por qué ella tampoco había llamado nunca "mañana"? ¿Por qué parecía que siempre tenía que ser él quién hiciera todo y ella quién esperara sentada que todo misteriosamente saliera mágicamente como ella deseaba? Ok, él no llamaba. Pero ella tampoco lo hizo, ¿eso significaba que ella solo quería verle cada 28 días? Por tanto... ¿Sería que el no llamaba tampoco porque solo cada 28 días sentía algo por ella, mientras que el resto del tiempo no recordaba incluso ni su nombre?


El camino se le estaba haciendo eterno. Estaba verdaderamente lejos aunque lo necesitaba para preparar su discurso... Tenía que atravesar ese maravilloso puente luminoso. Por debajo siempre pasaban miles de coches, motos, bicicletas... la calle más concurrida de la ciudad, pero sin embargo ese día estaba vacía, la nieve había convertido la ciudad en un lugar más silencioso que incluso el mismísimo bosque más lejano. Cuando se encontraba sobre el puente se cruzó con la única persona en toda la ciudad con la que se había cruzado en su nocturna andadura.


No podía creérselo, sus ojos se incendiaron de ira, la persona con la que se había cruzado era la única persona en el mundo que no querría volver a ver desde que la vio agarrada de la mano de la que ella misma debería ir colgada desde hace años. Y lo peor no fue simplemente que se cruzaran sino que ella le miró desafiándola, como aquél niño que en el instituto reta a otro para verse las caras a la salida al recreo. Se quedó plantada en medio del puente, sin ser capaz de volver la mirada hacia atrás pero sabiendo que la otra estaría mirándola aun. No pudo seguir, no podía continuar hacía el portal que tantos recuerdos le traía, que tantos buenos momentos albergaba en sus entrañas, la otra acababa de salir de allí, seguro, de ahí la mirada, ambas se conocían, ambas se odiaban, ambas amaban a la misma persona, que presumiblemente jugaría con las dos si pudiera así que sin pensarlo dos veces, se dio la vuelta, con el corazón más helado que la nieve que estaba cayendo aun, con sus manos apretadas más fuertes que el hielo que se formaría en el pequeño lago de los patos a la mañana siguiente... Irremediblemente tuvo que darse la vuelta. Su paraguas rebosaba polvo blanco, sus zapatos estaban verdaderamente fríos, necesitaría estar dos horas sentada frente a la chimenea para conseguir descongelar sus pies. Volvía a casa cabreada con el mundo, tiritando de frío y arrepentida de ser tan niña de creer que con una simple mirada conseguiría cambiarlo a él y sus caminos.


Sin embargo en ese momento alguien completamente desolado tocaba el timbre del apartamento en el octavo de la calle Avenue 74. A punto de quemar el timbre decidió probar con el teléfono pero tampoco obtuvo respuesta. Esta ves estaba claro, se había cansado de esperarle, había perdido su oportunidad y no le quedaría otra que abandonar el terreno de juego con las orejas gachas, más incluso que la liebre que perdió la carrera contra la tortuga en aquella famosa fábula.



Ambos sin saberlo se dirigían hacia un punto en común. Ambos con la lágrima a punto de asomar a través de sus vidriosos ojos, pero aguantando para no dejarla salir, ellos tendrían más fuerza que el agua salada 

de su cuerpo. En una de las mil calles que había que atravesar para llegar de la casa de ella a la casa de él, se cruzaron. Sí, se cruzaron, porque ninguno quiso levantar la vista para ver con quien se cruzaba, ella no quería volver a recibir otra mirada como la anterior, y él no quería que cualquier persona que hubiera esa noche por la ciudad humeante de frío le viera con los ojos vidriosos a punto de explotar. Ambos pasaron como desconocidos mirando al suelo.

Siguieron andando unos metros, ella no pudo contener las lágrimas y trató de buscar un pañuelo en su bolso. Él se paró en seco en medio de la calle, creía haber reconocido esos zapatos de Manolo Blahnik de la chica con la que se había cruzado. Ella buscaba desesperadamente el pañuelo dentro de su enano bolso de firma a rebosar, intentando mantener el equilibrio y el paraguas debajo del brazo, pero al fin no lo consiguió y antes que caerse ella al suelo y culminar la noche, prefirió dejar caer el paraguas.


Por fin él se dio la vuelta, los sollozos de ella,  el pequeño grito de maldición que se le escapó de los labios a la vez que el paraguas se escapaba de sus manos hicieron que por fin él reconociera a la que siempre debió de ser su chica, y no una simple chica más de Manhattan.


-¿Carrie? Preguntó él acercándose un poco.
Ella levantó la vista del suelo, el bolso se le escapó de las titubeantes manos, nunca supe si fue por el frío de la noche o por haber reconocido esa voz que tanto tiempo esperaba escuchar cerca. Todas sus cosas se desparramaron por la desierta calle, mientras los ojos de Carrie se entrelazaban con los ojos de John. Sus miradas vidriosas se hicieron compañia para que ninguno se sintiera avergonzado. Una sonrisa nerviosa brotó de los labios de ella que no pudo contener las lágrimas ni un minuto más y comenzó a llorar irremediablemente a un ritmo imparable. Por fin al hombre de hielo pareció asomársele una lágrima por debajo de su precioso ojo marrón... Se acercó rápido a ella...
-No, por favor, grítame, pégame, tírame del pelo... pero por favor, no llores, eso si que no lo soporto... - dijo mientras se acercaba con un pañuelo preparado en la mano y se agachó a recoger a Carrie del suelo, empeñada en recoger sus cosas entre sollozos sin mirar a John a los ojos.
Él solo tuvo que tirar un poco de su brazo para que ésta se echara sin pensar entre sus brazos recubiertos de nieve, abrazándolo como si ésta fuera la última vez.


jueves, 15 de julio de 2010

Pensar-Actuar o Actuar-Pensar

Dicen que no vale la pena vivir sin pensar en la vida, ¿Pero y si tú vida se reduce a pensar? ¿O no parar de hacerse preguntas? ¿Y si tanto pensar nos han hecho personas de palabras y no de acciones? ¿Es hora dejar de hacerse preguntas?

miércoles, 14 de julio de 2010

martes, 13 de julio de 2010

Real Life Vs. Mario Bross

¿Porqué siempre creemos que cuando alcancemos eso que anhelamos tanto, ya no desearemos nada más y seremos completamente felices, y sin embargo, cuando lo tenemos, anhelamos un complemento, y otro más, y aquél más lejano...?

La felicidad se compone de una búsqueda incesante de metas. Por tanto la felicidad no es una meta en sí misma, es el fin de toda anhelo, de todo reto, cada peldaño escalado nos da "puntos de felicidad" pero no podemos quedarnos en ese peldaño, la escalera hacia la completa dicha es enorme, pierde su punta final más allá de donde nuestros ojos pueden llegar a ver, y por ello hemos de complementar cada escalón con el siguiente, para seguir sumando puntos. Quizá nunca lleguemos a conseguir el tesoro ansiado, pues al contrario que ocurre en los videojuegos, el tesoro por el que lucha Mario Bross tan solo se compone de oro y salvar a la bella princesa, mientras que nuestro tesoro no podría definirse aquí y ahora pues va cambiando según vamos consiguiendo nuestras pequeñas metas; la vida de Mario Bross, o más bien el videojuego acaba cuando consigue su meta, nuestra vida no acaba, las metas se van ampliando, nuestro nivel de felicidad, al igual que los corazoncitos de vida del videojuego se van llenando poco a poco, pero a diferencia del juego, nuestro nivel no tiene un límite, no llegamos al final y por más corazones que recojamos no aumentaremos más de 100, sino que podemos conseguir todo aquello que nos propongamos en esta lucha sin descanso.

¡¡Menos mal que nuestra vida es comparablemente mil veces más larga que un videojuego!! ¡¡De dónde sino conseguiríamos tanto tiempo para completar los niveles... digo... escalones de nuestra vida!! =D

La Distancia Acerca¿?

Hablando de Generalidades.

A veces las parejas necesitan un tiempo para pensar. Pensar si desean seguir juntas, o prefieren separarse. Decidir si se necesitan, si han de seguir complementándose, si no pueden vivir sin ver a la otra persona... O si por el contrario necesitan alejarse, estar solos, y no depender de los ojos del otro para vivir...
¿Acaso es que necesitamos la distancia para acercarnos?

¿Y no ocurre que la mayoría de estas ocasiones, encierran un deseo profundo por alguna de las partes de separarse siendo este alejamiento una simple excusa que sirva para aminorar el impacto del abandono de nuestra pareja, y hacer el momento más liviano? Y si ni siquiera es exactamente esto lo que ocurre... ¿No podría referirse simplemente a deseos propios? ¿No estamos buscando en nosotros si nos conviene tener a "alguien" al lado, si podemos estar solos, si somos autosuficientes... o por el otro lado, somos dependientes, y necesitamos cariño o protección? Es decir... ¿No se basa esto en propios deseos y no deseos para con nuestra pareja?

¿Conviene entonces volver a iniciar una relación después de que nuestra pareja decida tomarse un tiempo de separación?

Piensa tú, Importancia de la Memoria episódica

si.... ¿Se puede llegar a un futuro teniendo aun presente el pasado?
Quizá haya varios caminos de respuesta, y el más rápido nos lleva a pensar que el pasado ha de estar guardado en algún lugar de nuestra memoria, a buen recaudo y colmado de buenos recuerdos, que nos hagan sonreír, e integrando  los malos, que nos harán crecer, para poder construir sobre ellos nuestro presente y futuro.
¡Claro! Entonces... Hablamos de Memoria¡¡!! Nuestro pasado ha de estar integrado en nuestra memoria para poder construir un futuro¡¡!!  ¿Y que ocurre si por algún motivo perdiéramos la memoria? ¿Estaríamos desterrados de la vida futura? ¿No podríamos avanzar, anclándonos siempre en el presente, sin pasado recordable, ni futuro posible? 

(Existen varios tipos de memoria a corto y largo plazo, ¿todas son igual de importantes de cara a nuestra construcción de una vida futura?)

sábado, 10 de julio de 2010

Quedarse con lo Bueno, o Buscar lo Pefecto¿?

A veces desde fuera puede parecer que lo tienes todo, a los ojos de cualquiera puedes parecer la persona más feliz, cualquiera podría envidiarte, tu trabajo, tu pareja, tu apartamento... Pero... ¿Seguro que tú desde dentro ves todo tan perfecto? ¿Seguro que lo tienes todo? A veces tenemos 2 de esas cosas, y sin embargo nos sentimos como si no tuviéramos nada, sobretodo ocurre si llegado un momento en el que tienes un precioso apartamento propio, y el trabajo perfecto que deseabas, pero sin embargo.. te falta la pareja que siempre quisiste. ¿Por qué a veces la resta de 2 menos 1 da un 0 rotundo?
También nos frustramos cuando esa relación de pareja que mantenemos no es como siempre deseamos, no somos la chica exclusiva de nuestra pareja, o cuándo él no es tan detallista como siempre esperamos, o cuando no parezca interesarse por algo que a nosotras nos parece vital...
Simplemente para ver las cosas desde dentro como los demás las ven desde fuera quizá haya que dejar de esperar que todo sea tan perfecto como algún día imaginaste, así podrás aprender a disfrutar de lo que tienes.
¿Pero.. en otras ocasiones no sería mejor no conformarse con lo que se tiene, y luchar por alcanzar lo que siempre se esperó tener?
¿Cuándo ha de terminar la lucha? ¿Cuándo hemos de darnos por vencidos y hemos de comenzar a pensar que la perfección que anhelamos no es posible? ¿Cuándo debemos empezar a sentir que a pesar de no ser perfecto, lo que tenemos es lo que necesitamos?

lunes, 5 de julio de 2010

Y sentir, que nO estamos Muertos

Ante el invernal frío, una calentita hoguera, la fina leña se retuerce en su lecho antes de que el cruel papel humeante acabe cayendo sobre ella, Ella mira sus ojos entre mechones de pelo que le caen sobre el tiritante rostro, su expresión le sirve para saber que todo valió la pena, las ramas secas lloran ante su inminente exterminio, y sin embargo, a pesar de todo alegre está, pues antes de partir, puede darte lo que tú más anhelas en ese iglú de hielo ardiente.


Sin vida antes de Arder

¿Qué Quieres Tú?

Y como una verde esmeralda, cuánto más resistente, cuánto más difícil acceder a ella es, cuánto más brillante, pulcra, y preciosa, más DESEADA es. Cuánto más inalcanzable, lejana, cuánto más poderosa, y temida es, cuando colocada sobre el joyero de otro está, más ANHELADA es. cuánto más cara, protegida, altiva, alzada y venerada, más AMADA es.

Pero si es la misma piedra preciosa,
que ha perdida su brillo, pues envuelta en una capa de polvo está,
que ha perdido su dueño, pues desamparada en la lejanía de un arduo camino hallada fue.

Que ya no es resplandeciente, ni tampoco altiva,
no está cuidada, ni protegida,
no es cara, ni poderosa, y tampoco temida...
Ni DESEADA, ni ANHELADA, ni VENERADA, ni AMADA será.

¿Qué es lo que deseamos entonces?
¿Qué es lo que realmente ven nuestros ojos cuando creen mirar la simplicidad de la realidad?

domingo, 4 de julio de 2010

Olvido y Perdón

Aunque logres perdonar algo... ¿Lo has conseguido olvidar del todo?
¿Puede perdonarse algo del todo si no llega a olvidarse?

viernes, 2 de julio de 2010

Perfecta con un Imperfecto

Y mientras Charlotte miraba a la persona perfecta, con un cuerpo perfecto, una vida perfecta, una casa perfecta y una familia perfecta... se dio cuenta de que lo que realmente importaba era la relación perfecta con una persona imperfecta...

¡ No podía faltar ! P L A C E B O

Isabel Coixet

Otro clip de Paris Je T'aime. Cuánto menos curioso!!