domingo, 23 de febrero de 2014

¿Perder la cabeza?

Quise acercarme y saltar al vacío, aunque por si acaso se acercaba demasiado, me alejaba de él, sintiéndome relajada desde mi distancia de seguridad.
Lo que no sabía es que vacíos hay más que uno, y que andar hacia atrás asegura el frente pero suicida la espalda.
Pero no os creáis. No lo vi tan rápido como pareciera. Tuve que andar y andar tropezando y creyendo que eso sería lo peor que me pasaría, hasta que la carretera terminó, el caminó se paró, y mis pies no tuvieron donde apoyarse.
Qué bonito era el frente en ese momento. Seguro, conocido, fiable. Pero... nunca llegaré a saber que hubiera pasado si tan solo me hubiera girado un instante, si hubiera contado con la existencia de los  puntos cardinales...
 No, no sólo el Norte existe, haciendo uso de la analogía "perder el Norte", es perder la cabeza, perder la cordura, embarcarse en la locura más mundana. ¿Y qué si esa locura te salva? ¿y qué si la cordura no lo es tanto?

martes, 4 de junio de 2013

ful de ases.

Era el cuarto día de la segunda semana. Las 4 de la tarde y ya estaba ansiosa. No sabía porqué podía esperar una semana y media sin notar nada a parte de una ligera decepción pero había un momento clave a partir del cual los minutos parecían ralentizarse, parecían horas, incluso días. No paraba de contar el tiempo hacia atrás. Volver a mirar su correo y comprobar cuando recibió las últimas señales del que decía ser su novio. Siempre lo hacía. Aparecía y desaparecía. A veces se hacía larga la espera entre uno y otro en que los dos se vieran, mientras que otras veces, pasaban tanto tiempo juntos que ella quería pedirle un momento para conseguir despegarse de sus brazos. Tampoco se entendía a sí misma. Tampoco sabía porqué le quería y a la vez sentía que no era tal ese amor, o porqué en otros momentos le odiaba pero luego se daba cuenta de que no era así.
Jugó con ella misma. No me refiero a él, me refiera a ella, ella misma se tendía trampas continuamente. Tomaba determinaciones finales, les hacía llamar, pero lo hacía una detrás de otra. Cada día que él pasaba de contestarle sus correos, cada vez que pasaba de cogerle las llamadas, ella pensaba que ya había tenido suficiente, que había pasado mucho tiempo escuchándolo sin esperar nada a cambio, o bueno, quizás si esperaba algo, pero era algo tan simple de dar que no conseguía entender porqué cuando ella le pedía un simple abrazo, una mirada de compresión, o un beso de cariño, él hacía oídos sordos. Por esto decidía que ya no seguiría haciéndose la tonta, contestando siempre a sus llamadas como si ella siempre estuviera allí, dejando todo lo que estuviera haciendo por importante que fuera por acudir en su búsqueda. Decidía día tras día, o más correctamente vez tras vez, que ésa sería la última oportunidad. Pero ella no se lo decía así misma, que va! Hablaba con él, le imploraba explicaciones, algo debía hacer ella para que él decidiera que de estar abrazados una media de 10 horas seguidas un día a pasar a no ver ni un solo abrazo en  una media de 14 días en las siguientes horas. Él le daba las mismas explicaciones de siempre que si bien ella entendía como parte de la vida de él, no entendía porqué por lo que él le explicaba tendría derecho o deber quién sabe como él lo veía, para desaparecer de su vida de ese modo. No estaba considerando los sentimientos de ella, ni siquiera estaba pensando en lo que ella podía pensar o como podía reaccionar. Estaba demasiado acostumbrado a que no pasara nada. A tratarla como le diera la gana, a sabiendas de que ella le esperaría sin rechistar hasta la siguiente vez que él la necesitara, o al menos según él, que pudiera verla. 
Eran las 10 de la noche y había esperado, jura que lo había hecho, pero se había cabreado. Esta vez más que nunca. Esta vez era ella quién necesitaba la ayuda de él y por más que se lo había pedido en diferentes días no había cambiado nada en su comportamiento. Ahora ella estaba al límite de sus posibilidades. No podía esperar un día más. Y digo podía, porque es así. Al día siguiente partiría fuera de la ciudad y estaba segura de habérselo dicho a él días antes, 11 concretamente. Ya no tenía nada que perder. Se iba de todos modos, así que por fin sería capaz de decirle lo que siempre había deseado pero no hacía, quién sabe si por miedo a perderle, quién sabe si por miedo a equivocarse. El caso es que siempre le había comprendido, escuchado, perdonado... hasta ahora. Ese día era su determinación final. De hecho le había cambiado de nombre ya que las anteriores determinaciones finales nunca lo fueron aunque con lágrimas se labraran en algunos casos. Ésta no se llamaría así. Ésta era definitiva. Partía de un sentimiento de desprecio tan grande por sí misma, por haber estado siempre a los pies de quien no se lo merecía, o al menos nada hizo para demostrar lo contrario que ahora convertiría su determinación final de los finales en una bomba explosiva. "Ful de ases" quiso llamarlo. ¿Qué por qué? Porque él había logrado tener en la manga todas las cartas necesarias para que ella acabara por llenarse de rabia, de incomprensión y de dolor, que no sé muy bien por qué pero siemrpe me ha dado la impresión de que por muy fuerte que se diga que es el amor, cuando ese amor que fue tan fuerte se reemplaza por rencor, éste es de verdad mucho más fuerte que el amor anterior, y éste si que mueve todo lo que el anterior no pudo por miedo y respeto, características de las cuales el rencor carece. 
Y así fue cuando a la una de la mañana sin previo aviso se presentó en su portal. Llamó al timbre. Mintió para que la abrieran. Y subió.

martes, 9 de abril de 2013

Eres único .

Me he criticado,  me he pegado contra las paredes, he deseado no ser yo, no ser como soy, cambiar lo que hice, conseguir pensar de otro modo... en fin, he deseado cambiarme.
Craso error!!!!!
Mi vida, al igual que la tuya, y la de aquél, por humilde que sea, es una gran aventura. ¿y qué? Pues que además de ello, su gran valor reside en que es irrepetible, nadie podrá vivirla nunca igual. Y me equivoqué como humana, y disfrute, reí y lloré. Pero nadie más lo hizo igual. Recuérdalo_: Nadie como tú.

Algo de Psicología Positiva que te ayude a levantarte cada mañana pensando en hacer algo tan simple como original.

domingo, 17 de marzo de 2013

No choices

Es un jarro de agua fría. No. Más bien es un jarrón de hielos. ¡Qué demonios! Es como si alguien te lanzara el jarrón de cerámica directamente a la cabeza. No hay forma de decir que no, no hay forma de apartarse, no hay tiempo de esquivarlo, está frente a tus ojos y a lo sumo puedes girar la cabeza, no te dejará sin un ojo, pero te agujereará la cabeza por atrás.
La gente va y viene, las palabras estremecen tus oídos pero no llegas apenas a escucharlas, no puedes procesar lo que pasó, lo que pasará, lo que quizá no pasa, lo que quizá no pasó... Y es de esas veces donde las cosas no pueden haber sido de otra forma, donde lo que vino se acepta y no hay elección. Es de esos momentos en los que tú no diriges tu vida y eres llevado de una habitación a otra, de una tortura a otra.
La gente se gira, eres joven dicen. Todos te conocen. ¡Normal! El resto tienen melenas blancas escasas de pelo, y tu pelo radiante, brillante, largo y que ni una goma llega a atar ondea por los pasillos mientras tratas de seguir la corriente verde que te aturulla. Tratas de entender, le mandas a tu cerebro procesar rápido, ¡más rápido! Esta vez no puedes llegar tarde, simplemente no es una opción, no hay modo de hacerlo, llegar llegarás, corriendo, exhausta, desfallecida, sin vida, da igual, vas a llegar, y no hay un tarde posible.
Luego solo esperas. Hay noticias que no sientan bien, más bien es que no sientan, no pueden hacerlo, son como una estaca recta, fría, dura y afilada, no hay forma de sentar eso. Nadie parece entenderlo. Una vez escuchado tampoco tienes tiempo de pensarlo. Solo de correr de nuevo.
Una sala de espera tras otra, una hora tras otra. Un tumulto de gente que lagrimea a tu lado. ¡Qué día tan raro! Piensas. Nada de aquello hubiera sido imaginable. Y de verdad creedme cuando digo nada, porque me refiero completamente a nada. Gente que se acerca de modos insospechados cuando pensabas que estaba a punto de echar patas en dirección contraria, gente que abrazada a ti durante media vida, en momentos más peliagudos que esos rebeldes pelos que recién salen después de cortarlos al ras con la cuchilla parece como si nunca te hubieran visto y simplemente no parecen existir, da igual si gritas su nombre en la oscuridad, simple  y llanamente no harán amago ni siquiera de escuchar.
Pero nada acaba ahí. Nada acaba con un jarronazo en la cabeza, ni con una estaca puntiagudo, ni con un momento peliagudo, ni con una maraña verde de gente corriendo, nada acaba cuando te das cuenta de que quizá estuvo a punto de acabar, nada. Porque ahora de repente empieza otra travesía. Otra más grande si cabe, otra más difícil si es quizá posible, otra más solitaria si es aun imaginable, y no hay más remedio amiga, tienes que adentrarte, aquí si que hay que encuadrar la frase "have no options! que Nirvana trataba tantas veces de desmentir "the choice is yours, don't be late" decía, y yo me lo creí, tanto que perseguí sin desamparo todo lo que creí mío, todo, demasiado fue, eso lo vi después. Ahora ya solo queda descansar y dejar que te lleven. De un lado a otro pero todos iguales, de un jarrón a otro pero ya solo el primero duele, los demás resbalan y capaz que ya ni se rompen ante el estallido contra mi cabeza. Soy dura dice ella. Uno y no más Santo Tomás.
No pude salir corriendo, así que me quedé. Pero algún día saldré.





miércoles, 14 de noviembre de 2012

Para nada

Como un cuento a la intemperie lo intenté. Esperé tanto tiempo fuera que me resfrié. Esa fue toda mi respuesta.

Lost

Intenté jugarte y solo jugué conmigo misma. ¿Lo peor? Estoy segura de que aun sin saberlo, perdí.

No hay vuelta atrás

Habló a contracorriente. Daba igual la marcha atrás. No existió el retroceso. Con el tiempo entrecortado y las palabras continuas. Con la letra escarpada con una fina pluma. Pero habló.

Ciego

No era capaz de decirle "no" a sus ojos. Por eso, se los cerró de un golpe. No volvió a mirarla.

Olvidé a disparos

Debajo de las piedras salía. En todas las palabras estaba. Se escuchaba en las canciones. Un disparo en el hipocampo. Adiós memoria, ya no estás.
Hoy me forcé a pensar en ti, pero te me olvidas.

No exagero.

Conozco a una chica que a la mínima que ve un granito de arroz, lo coge y lo hincha, y como Jesucristo con los panes y peces, hace una paella para mil.
No, esa chica no soy yo. 

domingo, 2 de septiembre de 2012

Me dominas.

26 de Agosto. Vale. El problema es grave.
Falta de control de impulsos. Decía el informe.
Posible trastorno con recuperación a largo plazo.
Técnica cognitivo conductual: Exposición con prevención de respuesta.

Leo.
Lo entendí, pero... solo una parte del problema.
Eso es lo que conté. Una parte. Engañé al psicólogo? O a mí misma?

No me controlo dije. Veo ropa, y entro en la tienda. Escojo la que me gusta. Sé que no lo puedo comprar, así que la dejo. Paseo por la tienda solo por mirar. Me voy. Regreso corriendo. Me lo pruebo. No puede ser para tanto solo por probarlo. Irrefrenablemente. La cajera me dice "Marque su código secreto". Cada día. Pequeñas compras. Grandes desembolsos. En casa, internet. Páginas de tiendas chequeo.

Eso dije.

Se me olvidó decirle. No me controlo. Veo tu respirar. Escucho tu olor. Siento tu placer. Adoro tu sexo. No te veo. Y me da igual. Es lo que siento. Te espero, mientras lo siento. Tu respirar, tu sexo, tu olor, tus manos, tu sexo, tu fuerza, tus ojos, tu sexo. Una cama. Una terraza. Un parque. Una clase.
Te veo. Entras en casa. 5 segundos y ya estás sobre mi cama, desnudo claro. 

De verdad, le dije, mi problema solo es este, la ropa me controla. Nada más. Lo demás lo controlo yo. Voy a poco a poco y nada me domina. 
Nada.

Perdón, la imagen correcta era esta...






Todos Ranas

Probé muchas ranas. De hecho aun lo hago. Pero no consigo encontrar nada semejante. ¿Quién enseño a tu lengua a arrebatar la mía de ese modo? No consigo enseñar al resto de ranas. Vuelve.

Mentiras

Te equivocas si crees que me entiendes, 
me equivoco si creo que te conozco.
Nunca pillas las cosas conmigo, 
siempre entiendes todo al revés.


Era la hora de ti, y me marché 
sin decir nada. 
Nunca supe mirar atrás. 

¿Por qué no te callas?

No puedo tener una canción favorita, de tanto escucharlas todas me aburren y las acabo odiando. Así más o menos como me pasará contigo si no te callas ya! Ssssssssssh

jueves, 16 de agosto de 2012

Esta boca es mía

Una vez me dijeron "Eres dueña de lo que callas y esclava de lo que dices".
Tenían razón.
Pero gracias, o... a costa de ello, aprendí a callar lo que digo, y decir lo que callo, transformando los silencios en palabras, las palabras en trabalenguas, y los trabalenguas en encrucijadas sin salida.
El problema está en que... ¿De verdad entonces estoy diciendo algo?

¡ No podía faltar ! P L A C E B O

Isabel Coixet

Otro clip de Paris Je T'aime. Cuánto menos curioso!!