miércoles, 14 de noviembre de 2012
Para nada
Como un cuento a la intemperie lo intenté. Esperé tanto tiempo fuera que me resfrié. Esa fue toda mi respuesta.
Lost
Intenté jugarte y solo jugué conmigo misma. ¿Lo peor? Estoy segura de que aun sin saberlo, perdí.
No hay vuelta atrás
Habló a contracorriente. Daba igual la marcha atrás. No existió el retroceso. Con el tiempo entrecortado y las palabras continuas. Con la letra escarpada con una fina pluma. Pero habló.
Ciego
No era capaz de decirle "no" a sus ojos. Por eso, se los cerró de un golpe. No volvió a mirarla.
Olvidé a disparos
Debajo de las piedras salía. En todas las palabras estaba. Se escuchaba en las canciones. Un disparo en el hipocampo. Adiós memoria, ya no estás.
Hoy me forcé a pensar en ti, pero te me olvidas.
Hoy me forcé a pensar en ti, pero te me olvidas.
No exagero.
Conozco a una chica que a la mínima que ve un granito de arroz, lo coge y lo hincha, y como Jesucristo con los panes y peces, hace una paella para mil.
No, esa chica no soy yo.
No, esa chica no soy yo.
domingo, 2 de septiembre de 2012
Me dominas.
26 de Agosto. Vale. El problema es grave.
Falta de control de impulsos. Decía el informe.
Posible trastorno con recuperación a largo plazo.
Técnica cognitivo conductual: Exposición con prevención de respuesta.
Leo.
Lo entendí, pero... solo una parte del problema.
Eso es lo que conté. Una parte. Engañé al psicólogo? O a mí misma?
No me controlo dije. Veo ropa, y entro en la tienda. Escojo la que me gusta. Sé que no lo puedo comprar, así que la dejo. Paseo por la tienda solo por mirar. Me voy. Regreso corriendo. Me lo pruebo. No puede ser para tanto solo por probarlo. Irrefrenablemente. La cajera me dice "Marque su código secreto". Cada día. Pequeñas compras. Grandes desembolsos. En casa, internet. Páginas de tiendas chequeo.
Eso dije.
Se me olvidó decirle. No me controlo. Veo tu respirar. Escucho tu olor. Siento tu placer. Adoro tu sexo. No te veo. Y me da igual. Es lo que siento. Te espero, mientras lo siento. Tu respirar, tu sexo, tu olor, tus manos, tu sexo, tu fuerza, tus ojos, tu sexo. Una cama. Una terraza. Un parque. Una clase.
Te veo. Entras en casa. 5 segundos y ya estás sobre mi cama, desnudo claro.
De verdad, le dije, mi problema solo es este, la ropa me controla. Nada más. Lo demás lo controlo yo. Voy a poco a poco y nada me domina.
Nada.
Perdón, la imagen correcta era esta...
Todos Ranas
Probé muchas ranas. De hecho aun lo hago. Pero no consigo encontrar nada semejante. ¿Quién enseño a tu lengua a arrebatar la mía de ese modo? No consigo enseñar al resto de ranas. Vuelve.
Mentiras
Te equivocas si crees que me entiendes,
me equivoco si creo que te conozco.
Nunca pillas las cosas conmigo,
siempre entiendes todo al revés.
Era la hora de ti, y me marché
sin decir nada.
Nunca supe mirar atrás.
¿Por qué no te callas?
No puedo tener una canción favorita, de tanto escucharlas todas me aburren y las acabo odiando. Así más o menos como me pasará contigo si no te callas ya! Ssssssssssh
jueves, 16 de agosto de 2012
Esta boca es mía
Una vez me dijeron "Eres dueña de lo que callas y esclava de lo que dices".
Tenían razón.
Pero gracias, o... a costa de ello, aprendí a callar lo que digo, y decir lo que callo, transformando los silencios en palabras, las palabras en trabalenguas, y los trabalenguas en encrucijadas sin salida.
El problema está en que... ¿De verdad entonces estoy diciendo algo?
Tenían razón.
Pero gracias, o... a costa de ello, aprendí a callar lo que digo, y decir lo que callo, transformando los silencios en palabras, las palabras en trabalenguas, y los trabalenguas en encrucijadas sin salida.
El problema está en que... ¿De verdad entonces estoy diciendo algo?
Tienes la culpa
Intentó huir. Tantas veces lo hizo que ni sabía que lo estuviera haciendo. Pensó poder escapar si no lo pensaba, si enmascaraba lo que sentía. Pero lo sabía. Y siempre alguien, aunque no existiera realmente, aunque no se lo dijera directamente, la haría pensar que lo hizo, que era culpable.
Fallos Rotos
No tiene sentido. Incomprensible.
Sin Explicación. No hay motivo.
Pero igualmente lloró.
No supo callar, pero no quiso hablar.
No pudo entender, y no quiso esperar.
Faltó lo que nunca ha habido.
Pero a veces se necesita, y a veces no.
viernes, 23 de marzo de 2012
Silencio, ilusión, locura, miedo, perder, contracorriente.
Es silencio de un sentir que ya no sabes como mentir.
El poder de la ilusión que hace que tiemble la razón.
La manía de la locura que nada más me ata que tu ternura.
El odio al miedo de saber que te vas y te alejas,
y atrás dejas lo que pudo, fue, y ya no será.
Jugar a la baraja de las cartas perdidas,
mientras las guardadas en el fajo
se van marchitando en el bolso del olvido.
Hay momentos de lucidez,
y de lucidos ojos empañados por triste agua salada
tratando de esconderse a contracorriente
viernes, 6 de enero de 2012
Atrapada. Frío. Corazón regalado.
Acorralada. Tus oídos susurran. Gritas al aire. El pulso se acelera. Se acerca. Sin voz, se lo dices, sólo quería olvidar. Se ríe. Te echa. No le importó. Juego de niños, respondió. Días sin abrir los ojos. Pasado. El tuyo. Lloraste sin razón te dijo. Corriste lejos. Para no volver dijiste. El corazón se ralentizaba. Ya no estaba ardiendo, se congelaba. Duro como una piedra, la sangre ya no conseguía que latiera. Frío. Tus ojos miel se ennegrecieron. Como el azabache tu alma. Ya no corres. Te sientas. Tus piernas tiemblan. Tus venas se transparentan cada vez a través de tu fina piel. Te miras. Tu pelo. Tus manos. Tus pies. Tu cuerpo. Las piernas que agarraba para desgarrar. El pecho que mordía hasta doler. Te miras. Retrocedes. Tú no te equivocaste. Es un ser sin alma. Intensa, dura de sentir. Vuelves. Tu piel clara siente el viento como si cortarla quisiera. Tu pelo se congela a cinco grados bajo cero. Pero corres. El viento silba en tus oídos. Ya no piensas. No paras. Llegas a su casa, su portal, su puerta, llamas, entras sin hablar, pasas a su habitación, lo empujas en la cama, le gritas, le gritas una y otra vez, está debajo de ti. Tu mente sobresale su pequeño pensamiento. Puede masticar tu cólera. Tus labios rojo ardiente. El tacto de tu piel fugaz. Se intenta levantar. Te toca. Todo es extraño. Te duelen sus caricias. Te da miedo su tacto. Huyes de su olor. Sigues gritando. Ya no dices nada. Escuchas. Escuchas su respiración, cada vez más acelerada. No puede hablar. No sabe qué decir. Él lo hizo. Peor que tú. Tu miedo a su dolor, fue una carcajada ante el tuyo. Tú sufrías por acercarte a la tentación. El tentó y no siente dolor. No es un monstruo. Es una persona sin corazón. Lo regaló, tiempo atrás. Pero no a ti. Le duele tu voz. Le duelen tus ojos negros clavados en su boca incapaz de moverse. Le duele su humillación. Le duele que te escuchen. Le duele el dolor. Pero no tú. No siente engañarte. No siente jugarte. No quiere mantenerte. Ya te alejó. Pero tú ganaste. Tú lo viste. Él no dijo nada, no fue capaz de hablar, no pudo llorar, ni reír. No pudo gritar, ni disculpar. Lo descubriste. Y ya sólo le dolía algo. Algo que regalo. No podías volver en su ayuda. No podías creerle. No podía dolerle el corazón ahora, ahora que sabes que lo regaló. Latía tan fuerte que se paró. Ahora grito. Grito por fin. Por último. Por siempre. Y para nunca.
jueves, 5 de enero de 2012
Si las manos hablaran....
Sólo quería agarrar sus manos, esas que nunca le habían mentido, ésas que siempre le habían dado su calor. Porque cuando sus labios decían "ya no te quiero", pero sus ojos se enmudecían de lágrimas, ella no sabía cual de las dos señales creer, y sólo tenía que tocar sus manos, sus nerviosas manos temblaban ante ella, latían al compás de un corazón guiado por una voz errante.
Él quiso eliminar el dolor de ella alejándola de su lado, pero sus manos sus manos fueron las que la ataron con él, sabiendo que ese dolor sería más grande sin su calor.
Eso aprendí.
Hubo un momento en el que el año no tenía estaciones, los días ya no tenían horas, los lunes eran iguales que los viernes. Hubo un momento donde las carreteras no tenía kilómetros, tampoco millas, los billetes de viaje no costaban dinero, ni tenían destino. Hubo un momento en el que ese "erase una vez" que todos hemos escuchado tantas veces, significa a la vez el principio y el final, pues yo ya no escuchaba erase una vez, sino "erase un fin".
Fue un momento donde las sonrisas se escondían, los ojos no miraban hacia delante, y las lágrimas se empeñaban en no salir. Los sentimientos se ocultaban bajo una máscara sin expresión, bajo una mirada sin brillo.
Confundida, vagaba con mi abrigo de piel en mis tardes de verano, y descalza pisaba la nieve del invierno. No sentía calor, tampoco frío, no sentía dolor, tampoco miedo, se me olvidó reír, y ya no se escuchaba el latir del corazón.
Nada tenía sentido si no tenía lo que durante tiempo ansíe.
Hubo un día que las palabras enjauladas quisieron salir, pero mi voz estaba perdida, mis gritos inaudibles rompieron mi cabeza, y de mi estado de letargo me hicieron salir.
Comprendí entonces que necesitaba volver a ti, que lo que nos separa no es el miedo, la tristeza, la ira, la rabia, el dolor, no, quién nos separa somos nosotros, y nuestra poca fuerza para agarrarnos al mundo girando.
Comprendí también que si te dejas oír te escuchan, que si quieres una mano tendida sólo has de mirar a sus ojos, que si necesitas calor a tu lado sólo has de arrimar tu hombro.
Y ese día entendí que no podía seguir escondiéndome, que no podía salir corriendo, que no podía seguir caminando con el único acompañante de mi sombra en el suelo.
Lo que necesitas muchas de las veces, es sólo confianza en ti, para hacer todo aquello que tus emociones negaron, cerrándole la puerta a los sentimientos, dándole un portazao incluso al dolor. Vive para ti, y no olvides escucharte, escuchar tus deseos, y necesidades, y cúmplelos! ¡Siempre!
Aprendí entonces, que hasta de los finales puedes reírte, pues pueden no serlo tanto.
Eso aprendí.
miércoles, 4 de enero de 2012
NO SOY UNA INOCENTE.
Dicen que soy una inocente, que no sabe que me mientes, que no sabe mirar en tus ojos.
Dicen que soy una ingenua, que no sabe seguirte, y ver que hasta tu propia sombra escondes.
Dicen que me engañas y me ocultas, que me mientes, y me entierras, que me juegas, y mis alegrías robas.
Pero lo que no saben es que lo sé, que juego en el mismo juego que tú, que somos diferentes a todos e iguales entre nosotros, que nadie más sabe por qué camino nos deslizamos, que disfrutamos sin comprender, que comprendemos disfrutando. Que estamos más cerca de entendernos, y más lejos de mentirnos que cualquiera de ellos que tras sus máscaras se esconden para aparecer reales ante los demás, que no nos gustan los actores, detestamos las corazas y nuestras máscaras lejos ya lanzamos.
ESPÉRALA
Después de tantos años, después de tantas experiencias, llega alguien que te demuestra que sabes tanto de amor como de mecánica cuántica. Ese alguien, esa persona, es la que merece la pena, que ha de robar tus gritos de dolor y prenderlos con fuego, la que rociará con agua dulce tus amargas lágrimas, la que congelará por siempre tus sonrisas. Ésa será la persona que te abrazará mandando su orgullo a la mierda.
Y pese a que el otoño se alejó, llevándose con él tus lágrimas caídas que ahora el invierno congela en un deseo de fuga, la primavera llegará... Espérala.
Hollywood tiene la culpa
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