miércoles, 21 de abril de 2010

El Arte de Amargarse la Vida

 Naturalmente la capacidad de amargarnos la vida está en nosotros mismos. ¿Para qué buscar objetividad donde puedo encontrar mi especial manera de mirar las cosas, esa criba por la que todo lo bueno se va, y tan sólo me quedo con lo malo, y a mi parecer más grande y pesado?

¿Para qué pensar por ejemplo que esa relación ya estaba rota, condenada al desastre, que a ti ya no te interesaba estar con esa persona, que no veías el modo de dejarlo... cuando puedes comenzar a pensar que esa persona era todo lo que tenías y nada ni nadie más se comparará con lo que ya perdiste?
Nos podemos convencer una y otra vez de que esa relación aun podría sufrir un "nuevo arreglo serio y sincero" con el cual tiraría para adelante como debía de ser. Convénzase de que no ha hecho todo lo posible por esa "relación tan especial", piense que fue un inútil y todo fue su culpa. Y por supuesto, déjese guiar por una reflexión que obviamente es la "más lógica de todas": Si la perdida de ese ser querido fue tan inhumanamente doloroso, ¿cómo no va a ser el reencuentro el momento más dulce y perfecto que podría esperar? Apártese de sus amigos, quédese en casa junto al teléfono, porque si éste llegara a sonar así podrá estar usted disponible al 100%, inmediatamente y entregado del todo.


No hace falta, o quizá sí... ÍRONÍA: Dícese de la figura de la cual se da a entender lo contrario de lo que se dice.



(Gracias a Paul Watzlawick).

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Otro clip de Paris Je T'aime. Cuánto menos curioso!!