En una barca navegando a la deriva
mis lágrimas se confunden con el agua salada que me rodea,
envidio al mar que lejos puede llegar,
alojándose en tu recuerdo...
Ignorando los desahucios del corazón,
ignorando tus latidos...
pues vasos derramados sobre mi
hacen que no sienta tu latir.
Siempre cazo las nubes
pues los rayos del sol siempre son tan efímeros...
por más que se acercan,
siempre parece llegar la noche...
Sueño tu voz frente a mi,
siento tu olor a mi lado,
veo tus palabras chocando contra mi sinsentido,
escucho tu respirar... y no puedo negarlo...
Ya no sé escapar,
Luchar es el mandato entonces !!